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Ya todos sabemos el resultado del duelo entre Vasyl Lomachenko y Teófimo López; victoria para el joven boxeador de raíces hondureñas que es actualmente el campeón indiscutible de peso ligero, al derrotar por la vía de la amplia decisión unánime al que hasta entonces era el número uno libra por libra, el ucraniano.

Lo que más impresiona no es la victoria de Teófimo sobre Lomachenko, sino el constante ataque lleno de ofensivas y señalamientos, inclusive juicios muy fuertes sobre el boxeador ucraniano, que si bien, puede que su estrategia no haya sido la más efectiva, y le costó la victoria, no es justa que actualmente reciba tal tratamiento por parte de los que en su momento fueron sus más fieles y fuertes fanáticos.

Hoy en día se pueden leer en las redes sociales adjetivos del tipo; maratonista, correlón, cobarde, campeón falso y muchos más que repito, sorprenden y mucho. Antes de haber sido derrotado, Lomachenko era visto por los fanáticos y expertos del pugilismo como un DIOS y uno mucho más grande que Zeus, por mencionar algún personaje reconocido mundialmente. Parece que luego de la derrota se le comienzan a ver las costuras a los fanáticos; pero no a todos sino a los casuales, a los que hablan por hablar y simplemente disfrutan y gozan con las derrotas y los traspiés de esos atletas que algún día ellos quisieron ser, pero no pueden.

Mi intención no es ser ofensivo, en lo absoluto, simplemente expresar lo que muchos periodistas, expertos e inclusive un gran grupo de fanáticos tiene en su mente y prefiere no decir para no ‘alborotar el avispero’. El respeto es la base clave de cualquier tipo de relación en la vida, inclusive para poder criticar, señalar y juzgar a un boxeador que en lo personal creo que equivocó la estrategia, pero demostró que cuando quiso, fue simplemente mil veces más dominante y mejor que Teófimo, y eso es gracias a su experiencia, nivel, talento y ética de trabajo; No fue casualidad en lo absoluto.

Lomachenko volverá, no sé si a los primeros puestos libra por libra, pero lo hará y seguramente comenzará un camino para retomar su antiguo trono, algo que a muchos nos alegrará y a muchos otros llenará de miseria o tal vez envidia. TODO el crédito del mundo para Teófimo López; como bien se ha escrito en este sitio web y en sus respectivas redes sociales, López ha demostrado ser un guerrero y un boxeador élite que tiene mucho camino por labrar y muchos éxitos por conseguir.

Fue el mejor hombre, el mejor boxeador en la que fue quizás la pelea más complicada de su corta carrera, y los retos que vienen en camino, seguramente serán más constantes y arduos, pero confío en que tanto su persona como su padre, Teófimo López Sr, harán los ajustes respectivos para seguir dejando huella en el boxeo mundial.