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El jet privado de Canelo Álvarez aterrizó en Million Air, un aeropuerto de lujo en las afueras de San Antonio, y la super estrella del boxeo emergió con un pijama con estampado floral de diseñador y un abrigo desabotonado. El vuelo aterrizó a la medianoche del martes por la mañana, por lo que era comprensible que Canelo quisiera estar lo más cómodo posible para su excursión de dos horas y media desde San Diego. La comodidad continuó una vez que entró en la burbuja en el Grant Hyatt: se vio a Canelo caminando a diferentes compromisos de la semana de pelea con diferentes pares de pijamas extraordinariamente caros.

Dos cosas eran obvias al verlo pasear con seda estampada extravagantemente durante toda la semana: Este es un hombre casi insondablemente rico que puede hacer lo que quiera y ya no tiene que preocuparse por lo que la gente piense, y Más pertinente, no podría haber estado más relajado o menos preocupado por su capacidad para vencer a Callum Smith.

El sábado por la noche, hizo que pareciera tan fácil como una excursión nocturna en su set de Gucci, derrotando a Smith con puntajes de 117-111 y 119-109 dos veces para apoderarse del campeonato de peso súper mediano y un título más en una nueva división: 168 libras.

Debería haber sido una pista de que Canelo sintió que tenía esta pelea en la bolsa cuando efectivamente eligió pelear contra el mejor peleador de 168 libras del mundo con cuatro semanas de anticipación. La pelea se anunció formalmente el 18 de noviembre y en realidad ocurrió 31 días después.

A menudo, el resultado de una pelea puede desacreditar retroactivamente la calidad de la misma, o de sus participantes, por lo que vale la pena señalar: según una investigación realizada por Tom Gray de Ring Magazine, esta fue solo la vigésima ocasión en 82 años en que los campeones reinantes de Ring Magazine pelearon contra uno. Otra fué una ocasión trascendental, una pelea tremenda de hacer, y una que habría sido muy disputada si Canelo Álvarez no fuera el mejor peleador del mundo en la actualidad.

La facilidad con la que Canelo anuló la ofensiva de Smith toda la noche fue muy notoria. En un sentido general, se necesita un nivel especial de habilidad para poder avanzar y hacer que tu oponente falle. En esta pelea, fue una necesidad para Canelo, quien cedió siete pulgadas tanto en altura como en alcance, pero también es su estilo de pelea preferencial. Es uno de los pocos peleadores en el mundo que no tiene que negociar entre la defensa de élite y el verdadero poder de los golpes, así que no lo hace. Utiliza ambos.

Estadísticamente, Canelo impidió que Smith conectara solo el 18,4% de sus golpes, mientras que aterrizaba el 43,3% de los suyos, según CompuBox. Canelo hizo que Smith fallara 440 golpes en total esa noche. Más impresionante que los números en sí fue la forma en que se las arregló para hacerlo.

Si bien hubo secuencias en las que Canelo resbaló y quedó mal parado, la mayoría de los disparos de Smith que no conectaron fallaron porque Canelo simplemente los paró casualmente. Smith fue un desafío físico para Canelo, un buen golpeador que había lanzado un gancho devastador desde larga distancia en peleas anteriores, y sin embargo, Canelo estaba tan despreocupado con los embates que optó por esquivarlos y cubrirlos con sus puños.

Entre asaltos, en la segunda mitad de la pelea, Canelo evitó el banquillo y optó por permanecer de pie. En algún momento bailaba cualquier canción que DJ Dubbz estuviera tocando en ese minuto, a veces simplemente caminaba de un lado a otro y un miembro de la comisión de Texas debía recordarle dócilmente que se quedara un poco en el área de su esquina. En general, parecía un hombre preocupado por cualquier otra cosa que no fuera lo que su oponente pudiera hacerle.

Tal vez sea porque, en cierto momento, supo exactamente lo que Smith iba a intentar. Hubo un momento con aproximadamente 1:40 por jugar en el round final capturado en la transmisión de DAZN cuando Smith intentó un gancho de izquierda saliendo de las cuerdas. Canelo señaló su brazo izquierdo como diciendo “Sé lo que estabas tratando de hacer”, y los dos luchadores se rieron en medio de una pelea.

Smith finalmente se dio cuenta en ese momento de lo que Canelo sabía cuando se abrochó el pijama y se subió a su jet: no había ninguna posibilidad de que Smith ganara esta pelea. Durante el resto de la pelea, después de su momento de unión, Smith tomó el perímetro y simplemente trató de llegar a la línea de meta, aguantando descaradamente en un intento de consumir tanto tiempo como fuera posible. Aunque Canelo todavía lanzó algunos golpes potentes, era evidente que estaba mostrando algo de humildad, tirando lo suficiente para que el campeón escuchara el último sonido de la campana antes de ser declarado ganador.

Después del campanazo final, la mente de Canelo ya se estaba preparando para otros desafíos. A principios de este año, Canelo dijo a los periodistas que estaba considerando retirarse a los 37 años y concentrarse en su juego de golf. Aunque es relativamente un recién llegado al deporte, aparentemente también es un prodigio en los campos, e incluso ganó el Desafío Korbel Closest To The Pin en NBC a principios de este año contra destacados golfistas como Stephen Curry. Mientras caminaba de regreso a su esquina al término del combate, inmediatamente encontró a su compañero de golf e instructor Aaron Dexheimer entre la multitud e hizo una seña de su swing.

En el vestuario después de la pelea, un abatido Smith se cuidó de una espantosa lesión en el bíceps que algunos especularon podría haber sido por absorber los ganchos de Canelo. Dijo que estaba ansioso por pasar las vacaciones con su familia. Antes de irse y hacer las maletas para regresar a casa, recibió un regalo anticipado, un recuerdo de su hora más oscura en el ring por el que no debería sentir vergüenza alguna: sus guantes de ring, firmados por Canelo, con la inscripción “Gracias, Campeón”.

Canelo dejó el Alamodome con un sombrero de “Campeón 4X” que había hecho presumiendo el resultado. Cuando aterrizaba de regreso a casa, después de un merecido descanso portando su pijama de moda, cambiaba el sombrero por uno diferente con un juego de palabras con su eslogan de lucha, que simplemente dice “No Golf, No Life”.