Soy único, es mi estilo, lo que se, ¿rechazas o no a Rigondeaux?

Guillermo Rigondeaux pelea poco, pero cuando lo hace no queda piedra sin revolcar. Como si se tratara de la partición del Mar Rojo, los fanáticos se arremolinan de un lado y de otro entre aquellos que reconocen sus habilidades innegables y esos que le tildan de aburrido e incapaz de comprender el cambio fundamental de lo amateur a lo profesional: el entretenimiento. (Nota de Jorge Ebro, El Nuevo Herald)



Pero si de algo todos pueden estar convencidos es que Rigondeaux no va a cambiar. Por el contrario, al final de su derrota por decisión dividida en Carson, California, a manos de John Riel Casimero, el Chacal prometió que seguiría con su estilo y que continuaría su carrera.


“Así es como yo gano’‘, comentó Rigondeaux. “Tengo estos talentos que Dios me dio y los despliego de esta manera. Soy un peleador único. Es mi estilo y es el único que conozco. Pueden ver que todavía soy mejor que cualquiera en las divisiones más chicas y voy a seguir peleando’‘.


Digamos que en esta pelea no ganó nadie. Casimero había prometido noquear y retirar a Rigondeaux y nada más lejos de la verdad. Ciertamente, fue el agresor, el que llevó el pulso de la -poca- acción, siempre viniendo hacia adelante, pero en ningún momento puso al cubano en malas condiciones ni le pudo cortar el ring.

Que a los 40 años, Rigondeaux haya mantenido ese alto nivel de movimientos dice mucho de ese ADN único que posee el santiaguero y que tal vez ningún otro boxeador en las 118 libras pueda desarrollar. Que Casimero no le haya podido seguir el paso, a pesar de esas cuatro décadas de vida, tampoco deja bien parado al filipino.

Los dos jueces que le vieron ganar premiaron su búsqueda del intercambio en una pelea que habrá tenido uno o dos a lo sumo. Entre ambos y de acuerdo a CompuBox, rompieron la marca de menos golpes conectados en un combate de 12 asaltos con 91. La marca previa era de 100 impactos en un choque entre Mario Barrios y Devis Boschero.


“Nadie quiere pelear conmigo, porque saben que los frustro encima del ring’‘, agregó Rigondeaux, quien acumuló 44 disparos efectivos por 47 de Casimero. “Desembarqué los golpes que necesitaba para ganar la pelea esta noche’‘.


Y en cuanto a lo de seguir peleando…

Si en sus tiempos de gloria, poseedor de dos cinturones en las 122 libras, a Rigondeaux le costaba trabajo encontrar oponentes de valía por su estilo complicado y el bajo incentivo económico que provocaba, luego de este fracaso sus días como guerrero de primera línea pueden haber acabado por completo.

Claro está, Rigondeaux, si así lo deseara, sería bienvenido en circuitos locales con bolsas limitadas, pero dudo mucho que sea llamado a carteleras importantes como esta ahora que ya no posee atributos promocionales como una corona o un nombre atractivo para el público como aún lo es, increíblemente, Yuriorkis Gamboa.

Ningún promotor, en su sano juicio, pondría a una figura emergente contra Rigondeaux, a diferencia de lo que han hecho Floyd Mayweather y Eddie Hearn al colocar a Gervonta Davis y Devin Haney, respectivamente, para apoderarse del nombre de Gamboa en la hoja de servicios.

Rigondeaux, a pesar de la derrota, sería muy complicado para un joven y poco atractivo para un veterano, de modo que si antes se encontraba en un limbo, lo más probable es que sus contornos se irán desdibujando en la realidad de un panorama brutal con aquellos boxeadores de estilo.

Veremos, entonces, qué viene y cómo viene el futuro para el boxeador más polémico de los últimos tiempos, ese que divide como nadie, entre quienes le consideran un corredor de velocidad o aquellos que le admiran como un maestro del ring. ¿De qué lado estás tú?


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